El bosque de Gulubú

El bosque de Gulubú
Sarah Preston

"¿Ustedes vieron esos libros-sorpresa que cuando uno los abre aparecen figuritas de pie?

Bueno, igualito es el bosque de Gulubú. Como las marionetas dormidas. Uno le tira de los hilos y ellas se ponen de pie, bailan y se mueven.

El bosque de Gulubú está planchado en el suelo, y cuando su dueño tira de los alambres, los árboles y los yuyos y las casitas y los bichos aparecen todos como diciendo:

Aquí estamos. Estábamos jugando a la escondida. "(...)


"Por eso, si ustedes alguna vez encuentran detrás de un árbol, o detrás de cualquier cosa, a un inspector enanote y sabihondo que les dice que no es posible que existan un enanito y 7 Blancanieves, o que no es posible que exista cualquier cosa linda, ustedes pueden contestarle:

–Sí señor, existe, en el bosque de Gulubú."


Dailan Kifki

Maria Elena Walsh






jueves, 29 de noviembre de 2012

Contar, imaginar, crear mundos

¡ABRAMOS LOS LIBROS!

Los libros son hospitalarios y nos permiten soportar los exilios que marcan todas las vidas, pensarlos, construir nuestras casas interiores, inventar un hilo conductor en nuestras historias, reescribirlas día tras día. Y algunas veces nos empujan a atravesar océanos, al otorgarnos el deseo y la fuerza para descubrir paisajes, rostros nunca vistos, tierras en las que tal vez serán posibles otras cosas, otros encuentros.
Abramos pues las ventanas, abramos los libros.

 Michelle Petit 


Hace tiempo quiero hablar de los libros, de la lectura, de contar cuentos, historias, mirar ilustraciones,...

Cómo otras veces en esta entrada no pretendo dar mucha información ni decir nada nuevo, sí mostrar mi visión, cómo y qué cosas consideramos importantes en El bosque de Gulubú, y los libros lo son,  las historias lo son,...pero, ¿de qué manera? No son los libros en sí mismos, ni las historias, sino muchas veces es cómo son contados, y por quien, en qué contexto y qué emociones nos despiertan.

Hace poco revisamos con mis hermanos cajas llenas de libros y revistas de cuando eramos niños, fue increíble como empezamos a exclamar: ¡ahhh, te acordás de éste? ¡ ayy, éste me gustaba mucho!!, todas aquellas imágenes que aparentemente teníamos olvidadas nos reactivaron un montón de recuerdos de historias leídas, contadas y de historias propias vividas entorno a esos cuentos y sobre todo las emociones, el cariño y la ternura de nuestros primeros libritos, las imágenes que nos asustaban, las historias que nos entristecían aunque supiéramos que terminarían bien,...Mis hermanos recordaban más unos libros y yo otros, cada uno tenía sus favoritos, los que más leía o los que más nos gustaban.

Hay otras historias que no quedaron en papel, pero son las que recuerdo con más cariño, son las que me contaba mi papá por la noche. No todas las noches, eran noches especiales, en las que después de pedirle por dias, ¿te pensaste un cuentito inventado para explicarme? llegaba con emoción la noche del cuento. Eran historias de animalitos casi siempre, bichitos, hormigas, castores, ratones,...eran cuentos que hablaban de resolver problemas juntos, de ayudarse, de luchar contra lo que es injusto, ...Pero lo más importante, eran contadas envueltas de afecto, de noche, en la cama, acompañadas de gestos con las manos que a veces terminaban en cosquillas. Eran contadas con amor y por eso llegaba el mensaje y por eso las recuerdo y por eso yo también le cuento historias inventadas a mi hija. Son las historias contadas con amor las que ayudan a crear mundos, a fijar las bases de un mundo afectivo sólido sobre el que crecer seguro. Y nos ayudan a establecer vínculos y lazos sólidos.

Por supuesto que también ayudan a crear un hábito, pero no vale, no sirve si sólo les leemos porque es bueno, para que se acostumbre a leer, para que aprenda a estudiar mejor, para que sea más listo, para que se duerma antes,...no, si nosotros no disfrutamos contando la historia, o mirando el libro con ellos, no es lo mismo. Y créanme ellos saben detectar perfectamente si leemos apurados o aburridos o pensando en otra cosa:

CONTAR CUENTOS CON LA VOZ, EL CUERPO Y EL ALMA

-¿Me lo estás contando con ganas? -inquiere recelosamente el niño cuando está escuchando un cuento que ha pedido él, en esos tramos en que el relato decae, acusando síntomas de distracción o apatía por parte de la persona que se lo cuenta.
Teme, y con fundada razón, que ese narrador ocasional pueda tener prisa o estar reclamado por uno de los múltiples agobios que con tanta frecuencia tejen una invisible red sobre la fisonomía de los adultos y oscurecen su ceño. El niño tiene una predisposición intuitiva e inmediata para registrar semejantes distracciones y es incapaz de tolerarlas de buen grado, porque siente que afectan a la materia misma de lo que se está narrando. 

Carmen Martín Gaite


 
SOBRE LAS ILUSTRACIONES


Muchas veces los dibujos es lo más importante de los libros, lo que más recordamos. Los libros infantiles no contienen simples ilustraciones que acompañan a un texto. La mayoría de las veces, son las propias ilustraciones las que narran, las que portan todo el significado, con una ausencia casi total de la palabra. No cabe duda de que, para los niños, lo visual es mucho más rico y más atractivo que lo escrito. Así, la ilustración en los libros infantiles se convierte en una forma artística que es capaz de establecer muchos niveles de comunicación y de dejar una huella muy profunda en la conciencia del pequeño. Por este motivo, la responsabilidad de los creadores es muy grande, ya que su obra es la primera herramienta del niño para dar sentido a su mundo.
 






PARA DESCUBRIR QUÉ HAY MÁS ALLÁ, LOS LIBROS


No se puede concebir una escuela basada en la actividad del niño, en su espíritu e investigación, en su creatividad, si no se coloca a la imaginación en el lugar que merece en la educación. Lo que implica que el educador animador cuenta entre sus tareas con la de estimular la imaginación de los niños, de liberarle de las cadenas que precozmente le crean
los condicionamientos familiares y sociales, la de animarle a competir con ella misma, transformándose de imaginación que consume en imaginación que crea. Para esto también le serán útiles los libros. Claro está, para ir más allá. Y también para descubrir que más allá, hay otros libros en los que se conserva la memoria colectiva de la humanidad, el espesor de la historia humana, las reflexiones, los sufrimientos, las esperanzas de generaciones, los conocimientos, las técnicas y los proyectos para mejorar la vida. Ningún libro puede sustituir la experiencia, pero ninguna experiencia se basta a sí misma.

 Gianni Rodari


LOS PRIMEROS LIBROS

Antes del primer año de vida, podríamos decir que el niño es un lector poético o, más exactamente, un oidor poético. Su experiencia de lectura ha estado profundamente ligada al afecto y le ha enseñado mucho sobre los usos poéticos del lenguaje, es decir, sobre su función expresiva. Por ejemplo, ha aprendido sin saber a qué horas, que las palabras cantan, suenan y tienen ritmo; que sirven de arrullos para dormir, que acompañan, que quitan las sombras e incluso que tienen usos insospechados como hacer llover, salir el sol o curar el dolor.
El aprendizaje poético que se da en el primer año de vida no habla de ritmo ni de métrica ni de rima, pero habla de la esencia de la poesía que es esa posibilidad de trascender la vida real, de transformar los significados literales de la comunicación utilitaria para crear otros universos connotativos en los que las palabras adquieren otros valores, otros significados, otras sonoridades.
Luego, cuando el niño se sienta, aparecen los primeros libros de imágenes. Son libros sencillos, quizás sin palabras, que cuentan historias o muestran objetos cercanos a la experiencia de ese niño pequeño. Nuevamente, son los padres y otros adultos cercanos quienes introducen al niño en ese otro orden simbólico, que es el mundo de los libros. Un padre o una madre que sientan a su bebé en las piernas mientras le leen un libro de imágenes, dicen muchas cosas sobre la lectura. Dicen, por ejemplo, que las ilustraciones, esas figuras bidimensionales parecidas a la realidad, no son la realidad. Pero que, en esa convención cultural que es el libro, son “como si” lo fueran pues representan la realidad. Ese “como si”, que es la esencia de lo simbólico, se aprende en las rodillas de alguien más experto que va nombrando el mundo conocido, atrapado y sintetizado en unos dibujos: “Mira a mamá. Mira a mamá con el bebé...” Y a medida que la voz adulta da nombre a las páginas que pasa, enseña que las historias se organizan en un espacio: de izquierda a derecha, para el caso de nuestra cultura occidental. Ese discurrir que se da siempre en la misma dirección será luego el espacio de la lectura alfabética, eso que los maestros de preescolar llaman “la direccionalidad” en sus ejercicios de aprestamiento. El niño al que otros han leído lo aprende sin necesidad de ningún ejercicio. Lo deduce de todas esas horas pasadas hojeando sus libros preferidos y comprende también que pasar las páginas es pasar el tiempo, que empieza y termina y que cuenta una historia durante ese transcurrir.
 Yolanda Reyes






LA POESÍA

 Muchas veces no consideramos la poesía como un género infantil y nos equivocamos. Hay todo un mundo de poemas para niños, al final, la poesía es jugar con las palabras ¿y quienes son los expertos en jugar?

 La poesía juega con la musicalidad y el humor, estimula la imaginación y la sensibilidad. Es bella y divertida, pero a muchos eso no les basta, pués también es útil: sirve para ejercitar la memoria, ampliar vocabulario, y ayuda a comprender situaciones emocionales complejas, mejorando su crecimiento interior. 




Oviejas

Son una especie de abuelas
que viven en el sofá
tejen los cuentos de lana
que luego nos contarán. 

Mar Benegas





"Busca la compañía de los libros bellos y no serás defraudado.
Con un libro en tu mano, no habrá fronteras que te detengan ni sueños que no puedas alcanzar."


.-Pipo Pescador-. 



 

Cuenten, imaginen, creen  mundos con palabras hermosas y a la vez auténticas, que broten desde la emoción sincera y el deseo de comunicarla.




Les dejo algunos cuentos:









I vet aquí un gos, vet aqui un gat
aquest conte s'acabat!

Biblioteca digital internacional para niños: http://es.childrenslibrary.org/



jueves, 22 de noviembre de 2012

La música en el bosque de Gulubú

 
 
"La música es un lenguaje poético, más apto seguramente que la propia poesía, para expresar todo lo que, dentro de nosotros mismos, traspasa los horizontes normales, lo que escapa al análisis lógico, lo que se encuentra en las profundidades inaccesibles" 
Franz Liszt
 
 
 

La música es un lenguaje universal que conecta directamente con nuestro mundo emocional. Los niños más conectados con su mundo emocional conectan fácilmente con la música.
La relación entre cuerpo y mente que se dá a través del ritmo y el movimento ayuda a liberar y expresar físicamente emociones e ideas.


Por medio de la música podemos ofrecer al niño la posibilidad de expresar sentimientos y comunicarse.
De forma parecida a cuando el educador o la madre explica un cuento, cuando canta, llama la atención de los niños que se acercan a escuchar. Se produce un hecho comunicativo íntimo entre el niño y la madre.



La música es un vehículo poderoso de desarrollo de los procesos cognitivos humanos: colabora en la formación del lenguaje, en la capacidad de atender, en la memoria y el pensamiento.


Hay muchos estudios que demuestran los efectos de la música sobre las personas: desarrollo cerebral, psicomotriz, toma de consciencia como individuo y como ser social, desarrollo de la creatividad, etc. Pero lo más importante es que la música ayuda a los niños a reforzar los vínculos afectivos con las personas de su entonrno cercano.


 


El primer contacto con la música es para muchos antes de nacer escuchando la música que pone su madre o que ésta canta desdel vientre materno. El valor de la voz de la persona que canta, del contacto físcio que se desprende de ella, la correspondencia de miradas que se establece entre quien canta y quien escucha en una situación de intimidad, provoca y desencadena una riqueza emocional que dejará una impronta en la persona que lo vive.


Las canciones de cuna, los juegos de falda, ..introducen al bebé en la música y el ritmo de una forma muy conectada al hecho de recibir afecto
Hay músicas que son capaces de producir emociones por el hecho de estar simbólicamente asociadas a vivencias concretas. Pero también hay músicas que, por sus propiedades intrínsecas o por una connotación aprendida culturalmente, nos provocan unas emociones determinadas. Por ejemplo, parece que las tonalidades mayores son alegres y las menores, tristes. Proponer asociaciones de hechos emocionalmente importantes para los niños, puede ser un buen recurso para ayudar al recuerdo del hecho en la vida del niño como para ayudar a expresar o evocar las emociones que esta música o este hecho han provocado en la vida del niño.


La música en El Bosque de Gulubú





En el Bosque de Gulubú la música forma parte importante del día a día, no como algo aislado sino que se promoueve la vivencia de la música como una realidad cotidiana. No hay una enseñanza musical pero nos gusta cantar. Cantamos sin planificarlo cuando nos surge una canción, cuando estamos contentos, cuando estamos impacientes, cuando estamos tristes, cuando tenemos sueño, mientras jugamos...

                   

Nos gusta que las mamás nos enseñen las canciones que cantan en casa y compartirlas, inventarnos canciones,...y también escuchar música. Nos gusta escuchar música de todo el mundo. Y jugar a la música con todo lo que suena y también con los instrumentos que tenemos.
... Y es inevitable cuando sentimos la música con todas las células de nuestro cuerpo: bailamos y nos movemos al ritmo de la música y es que no sólo escuchamos con las orejas también con los pies, los brazos, la panza,...




Los dejo con algo de la música que nos gusta para escuchar, mirar y bailar. 











lunes, 12 de noviembre de 2012

Cuestión de actitud. El derecho a gatear

"¿Cómo? ¿La gata Cachimba no estaba en Pehuajó? Estaba, sí pero buscando un buen rincón donde parir sus crías. Así llegó hasta los pagos de Poncho Rabón (a 765 kilómetros) y se quedó en lo de García, aunque los bebés humanos no les gustan nada, pero lo que se dice nada.
En cuanto lo ve gatear a Verdecito, le muestra los colmillos y le dedica un sifonazo feroz. ¡Los únicos con derecho a gatear son los gatos, caramba!"

El Gaucho
Maria Elena Walsh

No, gata Cachimba estás equivocada, las personas, especialmente las pequeñas, tienen derecho a gatear.

Muchas veces, en distintos ámbitos vemos niños y bebes manipulados por adultos en actitudes que son interpretadas como de ayuda, pero que no ayudan en nada al bebé, más al contrario estan interfiriendo en el desarrollo natural. Me refiero a incorporarlo, sentarlo, hacerlo caminar de la mano,...cuando aún no está preparados para ello. Esto es perjudicial porque, por un lado nos estaremos saltando etapas y movimientos necesarios para la adquisición de nuevas habilidades y por otro le privamos de la satisfacción de su logro personal a la vez que le hacemos dependientes de nuestra ayuda.





Según Emmi Pickler, pedíatra y directora del Instituto Lóczy de Budapest, si las condiciones son adecuadas, el desarrollo motor es espontáneo y es preferible que el niño aprenda por sí mismo a sentarse y a desplazarse. Pickler daba gran importancia a la relación con el adulto a su cargo, creando un ambiente relajado especialmente durante los momentos de cuidado, en los que sin apuro va envolviendo al niño con su voz y su mirada explicando en cada momento lo que va a hacer y manipulándolo con delicadeza y respeto. De esta manera el niño construye una seguridad afectiva que lo acompaña en sus momentos de exploración autónoma. Dicho de otra manera, si el niño recibe suficiente atención personalizada, respetuosa y amorosa es capaz después de dedicarse a explorar el ambiente de forma autónoma.


La recomendación es ofrecer un espacio amplio y seguro donde el niño pueda moverse en libertad, y colocar siempre al bebé tumbado boca arriba, porque será desde esta posición que él mismo adquirirá mediante movimientos y posiciones intermedias la postura deseada cuando su sistema nervioso y muscular esté lo suficientemente desarrollado para ello. Este proceso le permite un aprendizaje y un dominio de su cuerpo y del equilibrio que lo convertiran, según las observaciones de Emmi Pickler, en niños más ágiles y más autónomos. Además el hecho de que hayan adquirido nuevos movimientos por sí mismos, influye favorablemente en la construcción de una buena autoestima y en la evolución del desarrollo intelectual. 

Tener esta actitud para con las personas pequeñas supone muchas veces para el adulto replantearnos la relación con el niño, nuestra supuesta superioridad y confiar en sus capacidades,  valorar su persona, su autonomía, sus emociones, su intencionalidad y respetarla.
Tener esta actitud no intervencionista no quiere decir no hacer nada, necesitan nuestra presencia atenta y nuestro acompañamiento respetuoso para sentirse seguros afectivamente y avanzar a explorar y desarrollarse.


jueves, 1 de noviembre de 2012

El sueño de los bebés y el descanso de las madres


 



   "Voy a consolarte, mi bebé.
A espantar tus penas, mi pollito.
Las noches son tranquilas a tu lado, mi bebé
Los días y las noches, a tu lado, mi preciosidad.
Te daré leche, mi bebé
En la taza que a ti te gusta, pequeño mío
Te daré un masaje con la crema, mi bebé, 
Y tu piel será suave, suave, mi amor."
           
  Voy a consolarte
             Canción de cuna ruandesa





Al consultar a las mamás amigas de El Bosque de Gulubú qué temas les preocupaban uno de los primeros en el ranking fue el sueño, el dormir o el no dormir, o lo que les cuesta dormirse.
Sin duda es un tema polémico lleno de expertos que escriben libros, pero yo creo que la verdadera experta en el sueño del bebé es su madre ( o padre). El problema casi nunca es en realidad el sueño del bebé sino el descanso de los padres o que el bebé no se duerme cuando nosotras deseamos, estamos cansadas, deseando cenar con nuestra pareja o terminar un trabajo, y no hay manera de que duerma. O porque pretendemos que duerma solo, o porque queremos dormirlo estando nosotras nerviosas. 



 

Cosas a tener en cuenta:

  • El sueño de los bebés es diferente del nuestro
  • Cada bebé es diferente

El sueño de los bebés es más ligero que el nuestro, tienen más despertares nocturnos y eso es así por una simple cuestión de supervivencia, pretender cambiarlo va contra su naturaleza. Por el mismo motivo, el de la supervivencia los bebes duermen mejor acompañados.

Lo primero que deberíamos hacer es asegurarnos que tiene las necesidades básicas cubiertas- esto es lo más obvio, pero hay que descartar hambre, frio, calor, pañal sucio,...que no haya tenido un día estresante, haberle dejado la oportunidad de descargarse si así ha sido, molestias, dolor,...Las rutinas relajantes un rato antes de ir a dormir ayudan: baño, música, masaje, luz tenue, hablar más bajo,...Y algo que se nos suele olvidar, estar nosotras mismas con las necesidades básicas cubiertas, tranquilas y relajadas, sino nuestra compañía más que calmar alterará su descanso. No tener prisa es casi imposible según el ritmo de vida que llevemos pero debemos considerar la posibilidad de olvidarnos del reloj, haber cenado y relajarnos, si nos dormimos juntos, pues mejor. Ya sé que esto no siempre es posible y cada familia debe encontrar la manera de hacer encajar sus horarios, pero todo hecho más lento y sabiendo que es normal que se despierte, que es normal que le cueste coger el sueño y que es normal que no duerma solo será más fácil.

El colecho tiene muchas ventajas, y para mí fue la fórmula perfecta por varios motivos.
El prejuicio es pensar que los niños que duermen con sus progenitores son más dependientes. Pero, según algunos estudios, los que pernoctan en la cama de sus padres tienen menos problemas de salud mental.

¿Cómo es el sueño del bebé? ¿Qué podemos esperar?

El sueño del bebé es diferente del del adulto, mientras que nosotros entramos directamente en la fase de sueño profundo, los niños en los primeros meses entran primero en una fase de sueño superficial que puede durar 20 minutos o más, después de la cual entran gradualmente en a fase de sueño profundo en al que ya no es tan fácil despertarles.
Sus ciclos de sueño son más cortos, los de los adultos duran una media de 90 minutos mientras que los de los niños son de 50-60 minutos, es decir que tienen un periodo de sueño vulnerable cada hora o menos. Es en estas fases de sueño vulnerable donde si actuamos rápidamente el bebé volverá a dormirse rápidamente, pero si se encuentra solo se alarmará y le costará bastante más volver a dormirse.
Les lleva más tiempo dormirse, tienen periodos de sueño vulnerable con más frecuencia y además el sueño ligero dura el doble que el de un adulto.

Estos despertares nocturnos tienen beneficios para la supervivencia. Durante los primeros meses las necesidades de los bebés son las más altas, y su capacidad de comunicación la más baja. Sus estómagos son pequeños y la leche materna se digiere con rapidez. Si la nariz del bebé estuviera obstruida y no pudiera respirar o si tuviera frio y su sueño fuera profundo no despertaría para poder comunicar sus necesidades.

La edad en que los bebés empiezan a dormir con más facilidad y permanecen dormidos varía de unos a otros. En los primeros tres meses raramente duermen más de 4 horas seguidas sin necesitar alimento. Suelen dormir un total de 14-18 horas al día. Desde los 3-6 meses muchso bebés empizan a estar más despiertos por el día y algunos pueden dormir 5 horas seguidas. En este periodo las fases de sueño profundo se alargan y los periodos vulnerables disminuyen, entran en el sueño profundo más rápidamente. Esto es van alcanzando la maduración del sueño. Este es un logro de ellos, propio de su crecimiento y maduración que nada tienen que ver con haberles “enseñado” a dormir. Esto ocurrirá en algún momento de la segunda mitad del primer año. Pero no cantemos victoria porque muchos continuarán despertándose en momentos puntuales por razones diversas, catarros, erupción de los dientes,... También la adquisición de logros del desarrollo como sentarse, gatear o caminar puede hacer que los niños practiquen sus nuevas habilidades por la noche. Una vez superado esto entre el primer y segundo año aparecen la angustia por separación y las pesadillas. ¡Felices sueños!

Qué es el colecho y qué ventajas tiene



El colecho es dormir en una misma cama con nuestros hijos. Esto que en nuestra cultura puede parecer tan raro y criticable es como se duerme en la mayor parte del mundo, lo que hacían nuestros antepasados y lo que hacen todos los mamíferos.

Que lo hagan en otras partes del mundo o los animales puede no parecernos suficiente motivo, pero tiene muchas ventajas que deberían hacer que al menos ,lo consideremos como una opción más a tener en cuenta.

Nos acerca como individuos, nos ayuda a reconocer las encesidades de nuestros hijos más prontamente y con más eficacia
Para los niños el saber y sentir que estamos cercanos y accesibles les hace sentir seguros y confiados de que sus necesidades se verán satisfechas cuando sea preciso
El sentirse contenido, acompañado, acariciado, sentir el calor y el olor del cuerpo de los padres, el ritmo de su respiración... son sensaciones familiares y cercanas para el niño, que gracias a ellas puede continuar con su descanso de manera segura y confiada.
Ahora ya sabemos que los despertares nocturnos son naturales y no podemos esperar que desaparezcan pero si en estos periodos de sueño vulnerable sienten nuestra proximidad pueden relajarse y dormirse antes que si se despiertan solos en silencio y a oscuras.
Cuando el bebé o el niño se despierta, tiene a su madre o padre cerca. Puede ser atendido, tranquilizado y amamantado sin tener que moverse de la cama, sin cambiar de lugar, la mayoría de las veces con tal inmediatez que ni unos ni otros llegan a despertarse completamente.
La comodidad de no tener que levantarse y salir de la habitación para atender las demandas de nuestro hijo y tener la certeza de que las percibiremos enseguida nos da una tranquilidad que repercute en la calidad y cantidad de nuestro descanso.
Favorece la lactancia ya que se aprovechan al máximo los picos de prolactina sin necesidad de interrumpir el descanso cosa que mejora el sueño de ambos, mamá y bebé.
Teniendo en cuenta unas mínimas medidas de seguridad el colecho es una práctica segura.
Nos permite fortalecer el vínculo con nuestro hijo y además y lo más importante es un placer verlos dormir, sentirlos cerca y ver su sonrisa al despertarse.

Os dejo esta hermosa nana africana:


www.dormirsinllorar.com
"Dormir sin lágrimas" Rosa Jové
http://crianzanatural.com/art/art1.html 
http://www.unizar.es/med_naturista/lactancia%203/COLECHO%20Y%20LACTANCIA%20MATERNA,.pdf
http://www.furgonana.com
 http://www.arrorrolullabies.com.ar